lunes, 24 de diciembre de 2007

tan lejos del mar




tan lejos del mar lo único que fluye es fuego

arden las escamas, llora humo el llanto mudo
arden los poros, supuran ácido
arden las yemas de escribir
arden las yemas que ya no tocan el cielo

estamos lejos del mar
como esas ostras en el cielo de los acantilados
hace millones de años mar

estamos tan lejos del mar, acá

jueves, 20 de diciembre de 2007

Luna tremenda




La luna está tremenda sobre el lago. El narrador se acomoda con dificultad en el camarote. Saca la cabeza al cielo por esa ventana cuadrada y apretada que se llama tambucho. Tambucho. No escotilla, no tragaluz. El narrador se toma el mástil con las manos; con las dos manos. Después, después qué importa. Después lo agarra con una y empieza a escribir y a corregir. Lo obturado de su escritura. La obturación de las manos.
Sólo con su mástil escribe: gritos de semen.
Lo velado, la veladura. El velamen: estos atardeceres navegando. Primero el sol, la luna después. Singladura de los días.