lunes, 10 de marzo de 2008

de josé viñals, algo así como un amigo

Mujer de amor con mi apellido

En el nombre de raza jubilosa de la cebra (hembra y macho); en el nombre de torpe movimiento del elefante (macho y hembra); en el nombre soberano del tigre, dulce de la gacela, mortal de muerte negra de la cobra; en nombre de la fauna de la selva de ignoto instinto e ignorado destino.

En nombre de la estrella polar y de los círculos ártico y antártico; en nombre del lucero del alba y las constelaciones pitagóricas, serenas y acordadas; en el nombre de las mareas, del tifón gris, del maremoto terrible, de la luna, del cachorrillo de oso de los hielos.

En el nombre de la bellota negra, la cebolla contrita, los fundamentos del ajo y el aceite; en el nombre rizado del perejil; en nombre del maíz de espiga promisoria; en nombre de las varias dulzuras del ancho repertorio orquestal de los frutos de las cuatro estaciones; en nombre de los frutos extraños, el aguacate, la chirimoya, el mamey, la papaya y el mango, y otras carnes melífluas de los trópicos, así como de los almibarados y admirables, jugosos y salvajes frutos ecuatoriales.

En nombre de los vientos sagrados de bellísimo nombre: el aquilón, el bóreas, el austro, el cierzo, el siroco, el pampero, la brisa que soplaba en las lecturas de Paolo y Francesca, la que ondulaba las cortinas del cielo de Buda y la Gioconda.

En nombre de las aves de ornato, aves de ex-libris, ceremoniales, de atrevido diseño, el pavo real, la cigüeña, la garza, la lechuza, el pelícano, la cacatúa, el loro, el papagayo, el halcón y hasta inclusive el cisne de las mitologías.

En nombre de las partes pudendas, el pene enhiesto, la vagina fragante, los testículos en su zurrón de cuero deleznable, y aún la geografía de la erogenia y sus osados huecos y promontorios. En nombre de la cópula sagrada y de la suave lengua y sus designios sorpresivos.

En nombre del nacimiento, la muerte y la resurrección de los lobeznos humanos, y de los dioses de perfil podrido.

En nombre de las guerras, pestes y otros desastres naturales o del laboratorio de la muerte sin nombre.
En Tu nombre.

En tu nombre, Mujer de sílabas silentes. Hembra, Mujer, Esposa, Hermana putativa e incestuosa, Madre de los secretos de mi sangre y de la sangre de mi sangre, Cómplice de ignominia y dolor, y Camarada del desvelo y hembra de carne y hueso de mis urgentes escozores.

En Tu nombre, como creyente de Tu nombre sin tretas, Novia perfecta, inacabable, me pongo de rodillas.


Invitación al baile

(de Animales, amores, parajes y blasfemias,
7 i mig, Valencia, 1998.)

No a la locura. No a las soledades. No al huesecito del carámbano, a la semilla de la harina, al átomo de polen. No a la gran carcajada del tamaño del mundo. No digo el mundo como tal, digo las dimensiones del mundo que cabe en mi bolsillo.
No y no a la muerte, a la prolija herida por la que se desangra sin escándalo, organizadamente, gota a gota, la vida de la vida.
No a tu culo de mono, a tu rosado culo de mono ecuatorial, que desordena mis papeles y reseca mi pluma. Y no a la parpadeante risa del infinito abismo de tu vagina autoritaria.
No y no a tus celos inconmensurables. No y no a tu labio chupador, atu teta romántica. Me cago en el alféizar de tu ventana, ésa que da a occidente, es decir, al poniente. Meo en tu bacinilla decorada. Caigo de bruces en el discreto pliegue del vértice negruzco de tus muslos morenos.
Así ando con el sexo, bajo la tiranía obedientísima de mis cansados genitales. Me moriré besándote en la boca. Me comeré tu risa como antes me he comido tu madura tristeza.
No tengo límites. Límites no tienes. ¿Vamos a asesinarnos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas gracias por estos poemas de mi abuelo. soy paula la nieta de jose viñals y en nombre de marta mi abuela y de toda la familia le damos las gracias. un abrazo.

Anónimo dijo...

al lado de el comentario de la nieta mi comentario es un completo descoque...pero ese poema me exita!